Actividades en torno a María Elena Walsh

Material elaborado por las estudiantes del ISPEI: Rodriguez Yanina y Wyler Clara

Actividades.
Actividad 1:
¿Quíen es Maria Elena Walsh?
Inicio: Comenzaremos esta actividad preguntando a los niño/as:
        ¿Conocen a María Elena Walsh?
        ¿Alguna vez escucharon su nombre en las casas, por algún familiar o conocido?
Desarrollo: Luego hacemos una pequeña introducción sobre ella:
“Hoy queremos contarles acerca de una persona muy especial que desde que era muy jovencita escribió muchos cuentos y canciones para niños como ustedes. Cuando nosotras éramos chiquitas, pudimos cantar muchas de sus canciones como “Manuelita” y “La reina Batata”, y nuestros papás y maestras nos leyeron algunos de sus cuentos, como “Dailan Kifki” o  “El reino del revés”.


Esta persona especial fue una autora argentina llamada María Elena Walsh. Nació hace muchos años en un barrio de Buenos Aires. Escribía canciones, cuentos, poemas y además cantaba. Comenzó a escribir y a ganar premios desde que era muy joven. Su papá, que había nacido en Europa, le cantaba canciones para niños y a partir de eso su imaginación creció tanto que le permitió escribir muchísimas canciones y cuentos pegadizos y divertidos. María Elena murió hace muy pocos años en Buenos Aires.”
A medida que contamos su historia vamos mostrando unas imágenes de ella para que los niños/as la conozcan y además, imágenes de las tapas de alguno de sus libros y de algunos personajes de sus cuentos y poesías (Manuelita, el mono liso, la vaca estudiosa, el brujito de Gulubú). Son fotos reales, pegadas sobre cartulina y plastificadas.
Cierre: Les contaremos a los niños que las actividades sobre María Elena Walsh y sus distintos trabajos las seguiremos realizando y que estas imágenes las vamos a dejar en la sala sobre una cartelera para que no la olvidemos.
Materiales:
-Imagenes de Maria Elena Walsh, de la tapa de algunos libros y de los personajes, cartulina, papel contact, cartelera donde se van a incluir las imágenes.


Actividad 2:
Manuelita
Inicio: En esta actividad comenzaremos preguntando a los niños/as si se acuerdan de la imagen de Manuelita, que vimos en la actividad anterior. La señalaremos en la cartelera donde está la imagen pegada.
Desarrollo: Luego nos dirigiremos a donde está está la computadora, sentaremos a los niños/as en roda alrededor de la misma y le pasaremos un video con la canción de Manuelita mientras la vamos contando nosotras.
Una vez terminada la canción les mostraremos las distintas escenas de la canción y les preguntaremos cuál les gustó más y porque.
Cierre: Cada uno elegirá una y la podrá colorear con crayones y lápices.
Manuelita
Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marcó.
Nadie supo bien por qué
a París ella se fue
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.
Manuelita, Manuelita,
Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.
Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: ¿Qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer,
en Europa y con paciencia
me podrán embellecer.
En la tintorería de París
la pintaron con barniz.
La plancharon en francés
del derecho y del revés.
Le pusieron peluquita
y botines en los pies.
Tantos años tardó en cruzar
el mar que allí se volvió a arrugar
y por eso regresó vieja como se marchó
a buscar a su tortugo que la espera en Pehuajó



Materiales:
-Imágenes con las escenas de la canción Manuelita, crayones de colores, lápices de colores.

Actividad 3:
Poesía mojada
Inicio: En esta actividad, realizaremos una poesía mojada de María Elena Walsh.
Desarrollo: Sentaremos a los niños cercanos a una ventana y junto a un recipiente con agua y la siluetas que preparamos, comenzaremos a realizar la poesia. Lo realizaremos dos veces.
Cocodrilo:
Cocodrilo
Come coco
Muy tranquilo,
Poco a poco

Y ya se paró un coquito
Para su cocodrilito.

María Elena Walsh
Cierre: Hablaremos de la poesía mojada.
Materiales: Silueta de un cocodrilo, un pequeño cocodrilo, de un coco hecho con goma eva. Agua en un recipiente y una ventana.

Actividad 4:
Cuento: “El gatopato y la princesa Monilda”
Inicio: Para esta actividad, colocaremos una manta en el suelo y llamaremos a los niños a sentarse. Les contaremos a los niños que les leeremos un cuento.
Desarrollo: Leeremos el cuento con mucha atención a las caras de los niños para conocer sus reacciones a lo largo del cuento.



El gatopato y la princesa Monilda
Una vez, en el bosque de Gulubú, apareció un Gatopato ¿Cómo era?
Bueno, con pico de pato y cola de gato. Con un poco de plumas y otro poco de pelo. Y tenía cuatro patas, pero en las cuatro calzaba zapatones.
¿Y cómo hablaba? Lunes, miércoles y viernes decía miau. Martes, jueves y sábados decía cuac. ¿Y los domingos? Los domingos, el pobre Gatopato se quedaba turulato sin saber qué decir.
Una mañana calurosa tuvo ganas de darse un baño y fue hasta la laguna de Gulubú.
Toda la patería lo recibió indignada: - ¿Qué es esto?- decían los patos -, ¿un pato con cola de gato?
Y era lunes, el Gatopato contestó: miau, ¡Imagínense!
¿Se imaginaron?
Los patos se reunieron en patota y le pidieron amablemente que se marchara, porque los gatos suelen dañar a los patitos.
Y pobre Gatopato se fue muy callado, porque si protestaba le iba a salir otro miau.
Caminó hasta un rincón del bosque donde todos los gatos estaban en asamblea de ronrón, al solcito.
Y como el Gatopato los saludó diciendo miau, lo dejaron estar un rato con ellos, pero sin dejar de mirarlo fijamente y con desconfianza. El pobre Gatopato, naturalmente, se sintió incómodo entre tanta gente distinguida.
Muchos días pasó el pobre Gatopato completamente turulato y llorando a cada rato adentro de un zapato. Hasta que una tarde pasó por el bosque la princesa Monilda, vestida de organdí, y lo vio, llorando sin consuelo, a la sombra de un maní.
- ¡Qué precioso Gatopato!- dijo la princesa.
- ¿De veras te parezco lindo, princesa? – preguntó el Gatopato.
-¡Precioso, ya te dije!- contestó la princesa.
- Sin embargo, aquí en el bosque nadie me quiere – se lamentó el Gatopato.
- Si quieres, yo te puedo querer – le dijo la princesa cariñosa.
- Sí, quiero que me quieras – dijo el Gatopato -, siempre que tú quieras que yo quiera que me quieras, princesa.
- Yo sí quiero que me quieras, - dijo la Princesa.
- ¡Qué suerte! – dijo el Gatopato.
- Hacía años que quería tener un Gatopato en palacio – dijo la princesa.
Y lo alzó delicadamente, le hizo mimos y se lo llevó a palacio, donde el Gatopato jugó, trabajó, estudió y finalmente se casó con una sabia Gatapata. La princesa cuidó a toda la familia gatipatil, dándoles todos los días una rica papilla de tapioca con crema chantilly.
Y todos vivieron felices hasta la edad de 99 años y pico. Y de este modo tan grato se acaba el cuento del Gatopato.
Cierre: Luego de leer el cuento, hablaremos de las partes del cuento y cuál fue la que más les gustó a cada uno.
Materiales: Cuento “Gatopato y la princesa Monilda”, manta de lectura.

Actividad 5:

Jugamos con “Gatopato y la princesa Monilda”
Inicio: Volveremos a invitar a los niños a sentarse en la manta y narraremos el cuento de la actividad anterior, pero le diremos que ésta vez, deberán prestar mucha atención, ya que luego haremos otra actividad más.
Desarrollo: Narraremos el cuento “Gatopato y la princesa Monilda”. Una vez que narramos el cuento, hablaremos de las distintas escenas del cuento. Dentro de una caja, llevaremos imágenes de las distintas escenas y le pediremos a lo niños que nos ayuden a ordenarlas entre todos y las pegaremos en el pizarrón.
Cierre: Guardaremos las imágenes en la caja y les diremos que éstas quedarán en la sala, a su disposición para que las utilicen cuando deseen.
Materiales: cuento “Gatopato y la princesa Monilda”, manta de lectura, imágenes de las distintas escenas del cuento dentro de la caja.

Actividad 6:
Obra de títeres “Don Fresquete”
En esta actividad realizaremos una obra de títeres del cuento de María Elena Walsh “Don Fresquete”.
Inicio: Invitaremos a los niños a sentarse en el suelo para observar la obra de títeres.
Desarrollo: Disfrutarán de la obra de títeres.
Don Fresquete
“Había una vez un señor todo de nieve. Se llamaba Don Fresquete.
¿Este señor blanco había caído de la luna? –No.
¿Se había escapado de una heladería? –No, no, no.
Simplemente, lo habían fabricado los chicos, durante toda la tarde, poniendo bolita de nieve sobre bolita de nieve.
A las pocas horas, el montón de nieve se había convertido en Don Fresquete.
Y los chicos lo festejaron, bailando a su alrededor. Como hacían mucho escándalo, una abuela se asomó a la puerta para ver qué pasaba.

Y los chicos estaban cantando una canción que decía así:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”

Como todo el mundo sabe, los señores de nieve suelen quedarse quietitos en su lugar.
Como no tienen piernas, no saben caminar ni correr. Pero parece que Don Fresquete resultó ser un señor de nieve muy distinto.
Muy sinvergüenza, sí señor.

A la mañana siguiente, cuando los chicos se levantaron, corrieron a la ventana para decirle buenos días, pero... ¡Don Fresquete había desaparecido!
En el suelo, escrito con un dedo sobre la nieve, había un mensaje que decía:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”

Los chicos miraron hacia arriba y alcanzaron a ver, allá muy lejos, a Don Fresquete que volaba tan campante, prendido de la cola de un barrilete.
De repente parecía un ángel y de repente parecía una nube gorda.

¡Buen viaje, Don Fresquete!”
Cierre: Una vez terminada la obra, les daremos a los niños títeres de “Don Fresquete” para que puedan jugar con los mismos.
Materiales: Títere de “Don Fresquete”, y títeres de “Don Fresquete” más pequeños, para que los niños jueguen.