domingo, 29 de julio de 2018

La diversidad sexual en la Literatura para niños. Reflexiones desde la práctica y breve recorrido por obras fundantes


Autor: Marcelo Bianchi Bustos

El objetivo de este artículo es presentar algunas reflexiones acerca del trabajo realizado con alumnas del Profesorado en educación Inicial del ISPEI Sara Eccleston, dependiente del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,  en torno a la cuestión de la diversidad sexual y la perspectiva de género en la Literatura. La idea fue romper los estereotipos viendo otros personajes femeninos y masculinos que se apartan de lo tradicionalmente instituido y que provocan rupturas con su formación previa. Cuando se pensó en el corpus para ver qué otras miradas había sobre lo femenino se seleccionaron, además de las obras mencionadas, otras clásicas, como Irulana y Ogrondote de Graciela Montes, El libro de los cerdos de Anthony Browne, Gatos eran los de antes y La Señora Planchita de Graciela Cabal, Historia de la ratita de Laura Devetach, Maruja de Ema Wolf. Personajes femeninos que se “portan mal” que no hacen lo que las convenciones sociales exigen y que tímidamente muestran otra manera de ser y de hacer. Para trabajar sobre el tema de la diversidad sexual se tomaron varias obras, entre ellas Rey y Rey de De Haan y Stern, Ferdinando el toro de Leaf Munro, etc.



En el filme de dibujos animados de Peter Pan, su protagonista irrumpe en una habitación buscando su sombra. La encuentra guardada y es fácilmente reconocible, es su imagen proyectada, un signo peirciano pues es una cosa que se la reconoce sin problemas y que está en lugar de otra cosa de naturaleza distinta pero que sin embargo forman una unidad. Pero qué pasa si la imagen que proyecta el cuerpo no es la de uno y no se la reconoce rápidamente. Algo así es lo que le ocurre a Julia, la protagonista de La historia de Julia. La niña que tenía sombra de niño, y de esa forma se da inicio a una historia que se atreve a mencionar lo que durante muchos años se silenció en la literatura, la cuestión de la diversidad sexual. Una niña que proyecta otra imagen y que por las convenciones sociales sufre por como se ve, por ser distintas a los otros y por lo que los otros, sus seres amados, le dicen. Los discursos sociales en torno a lo masculino /femenino son – desde la perspectiva de Angenot - hegemónicos, es decir que constituyen un todo orgánico, una unidad, una construcción con la que nadie quiere pelear, oponerse. Gays, travestis y transexuales ha habido muchos (¿o algunos?) en la literatura, basta tan sólo con leer El lugar sin límites de Donoso, El beso de la mujer araña de Puig o Los topos de Felix Bruzzone; pero en un formato textual destinado a un público infantil y juvenil no. Se trata de una apuesta distinta donde, tal vez sin quererlo, se comienzan a modificar los discursos de lo social sobre el género y donde comienza a desaparecer los estereotipos de lo masculino y lo femenino para ser reemplazado por una perspectiva de género como construcción subjetiva e individual. Esta propuesta se enmarca dentro de lo establecido por la Ley Nacional N° 26.150 de Educación Sexual Integral. En esta ponencia se presentarán algunas ideas con las que se trabajó con las alumnas de nivel superior en el ISPEI Sara Eccleston en el espacio de la materia Literatura en la Educación Inicial. Los estereotipos Lo primero que hubo que trabajar con las estudiantes fue la cuestión de los estereotipos. Se les propuso ver de qué forma se había abordado históricamente la cuestión de género en los libros de cuentos infantiles. Como se sabe la literatura es un eficaz medio para transmitir normas, valores y costumbres que estereotipan tanto a hombres como mujeres. Se leyeron y analizaron clásicos, en especial Cenicienta, La Bella Durmiente y Blancanieves. Se observó y se pensó como eran presentadas sus protagonistas: ingenuas, tontas, idealizan el casamiento pues es a partir de él que sus vidas van a cambiar; desde lo actancial tienen papeles pasivos y necesitan de la intervención de otros para transformar sus vidas (por ejemplo, un hada o un príncipe), etc. Esto no significa que no haya que trabajar con estos textos, sino que es necesario adoptar en todo momento una postura crítica, en especial cuando el lector va a tener a su cargo la selección de obras literarias para la formación de los niños. Por estos motivos, la propuesta giró en torno a la cuestión de género, rompiendo tal vez con la concepción tradicional que poseían, analizando de qué manera aparecía en la literatura para niños la figura de la mujer pero además cómo era tratada la temática de la diversidad sexual. Basta tan sólo con leer Secretos de familia de Isol para poder comenzar a meterse en los estereotipos sociales y en la cuestión del imaginario social en torno a lo femenino en este caso. El estereotipo de madre, de mujer arreglada que se contrapone con la imagen doméstica de una mujer por la mañana antes de peinarse y maquillarse usando todas las cremas posibles. Sin dudas aparecen representaciones vinculadas con el imaginario social de cómo hay que ser y de qué manera hay que comportarse. Ese concepto de Castoriadis, entendido como las representaciones simbólicas de un escritor, de un público, de una cultura o de una sociedad, es central para comprender el tema de los estereotipos y comprender como es un complejo sistema de significaciones y simbolizaciones de una comunidad, contextualizado por la historia. Algo similar a la cuestión de lo femenino surge con el tratamiento de la diversidad sexual. En la literatura, el ser tildado de afeminado, de maricón, de puto duele. Lo distinto duele. Lo que le sucede al hermano en Las ensoñaciones de la mujer salvaje de Helene Cixous no es más que una reproducción del miedo del hombre por tener un elemento femenino y de la vergüenza pública que ello le podría acarrear. Con muy pocas excepciones, en el mundo de lo literario cada persona debe hacer lo que marcan las convenciones y la cuestión del machismo y de qué manera superarlo está presente por ejemplo en La señora Planchita o en Las hadas brillan en la oscuridad de Graciela Cabal. En la primera de las obras ya su nombre hace referencia a una relación de dominación y de distribución sexual del trabajo, en la segunda hay una referencia muy fuerte a lo que son los estereotipos y lo que debe hacer cada uno de acuerdo a su “sexo”. Cuando su protagonista, un niño, cuenta que se ha encontrado con un hada la respuesta de su padre es: “Ya sabés que esas cosas no me gustan”. Si bien la autora lo remarca y se nota una intención clara de parodiar un dicho que podría haber sido proferido por cualquier persona. Cuando se pensó en el corpus para ver qué otras miradas había sobre lo femenino se seleccionaron, además de las obras mencionadas, otras clásicas, como Irulana y Ogrondote de Graciela Montes, El libro de los cerdos de Anthony Browne, Gatos eran los de antes de Graciela Cabal, Historia de la ratita de Laura Devetach, Maruja de Ema Wolf. Personajes femeninos que se “portan mal”, que no hacen lo que las convenciones sociales exigen y que tímidamente muestran otra manera de ser y de hacer. Las risas de las estudiantes se hacían presentes: sin dudas esto les tocaba sus estructuras y los mandatos ancestrales. Un corpus de tres obras para pensar en tono a la diversidad sexual Ser gay en el mundo literario no es algo menor y la diversidad sexual puede ser patrimonio de hombres, mujeres, niños y de hasta animales. El primero de los títulos que mayor revuelta produjo en el mercado editorial fue sin duda Rey y Rey de Linda de Haan y Stern Nijland publicado en el año 2000. Se trata de una historia sencilla que cumple en sus primeras páginas con un aspecto del cuento prototípico del cuento de hadas en el que hay príncipes que se deben casar con una joven y linda princesa. Como en cualquier libro de princesas y príncipes, éste se debe casar y se busca para ello a las mujeres del reino o de otros cercanos. Aquí se rompe con esta cuestión localista y las princesas llegan incluso de países pues a pesar de no saber, como una parte de la característica genérica, donde transcurre la historia, se señala que las mismas provienen de Austria, Texas, Groenlandia y Bombai. Todas ellas desfilan y cual un concurso de belleza muestran algún talento especial. Sin embargo ninguna de ellas convence a la reina madre y a su hijo hasta que el paje avisa que faltaba alguien, la princesa Magdalena que en esa ocasión estaba acompañada por su hermano. Se lee en las distintas páginas del libro: “De pronto, el príncipe se quedó sin respiración y su corazón empezó a latir. Fue un flechazo. Fue una boda muy especial. La reina lloraba sin parar Desde entonces, los príncipes viven juntos como rey y rey y la reina por fin pudo descansar. Y vivieron felices y comieron perdices”. En este caso concreto su protagonista no tiene un nombre, tan sólo es el príncipe y su enamorado tampoco aunque se le agrega un adjetivo al nombre príncipe, tomando el estereotipado nombre de Príncipe Azul. La no existencia de un nombre para cada uno de ellos es tal vez un elemento para ser leído también y ser tenido en cuenta. ¿Qué pasa con lo no dicho? ¿Qué marcas guarda? Estos fueron algunos de los interrogantes que día a día iban saliendo en las clases con las nuevas relecturas. Cada una de las oraciones que se han trascripto remiten a una página y cada una de ellas está acompañada de la imagen. No es como se dice comúnmente que una imagen vale más que mil palabras sino que en realidad las palabras con las imágenes forman una urdimbre y que en algunos casos concretos es imposible pensar en una sin la otra. El segundo de los libros que forman parte de este corpus propuesto fue pionero en el tema, se trata de Ferdinando el toro de Munro Leaf. Con una interesante composición paratextual, se desarrolla la historia de un toro distinto que “prefería estar tranquilamente sentado y oler las flores. Su lugar favorito estaba fuera, en el campo, bajo una encina”. Lo interesante de la obra reside, como se ha dicho, en su paratexto, pero llama la atención que en el plano de lo diegético lo que se narra no hace otra cosa que repetir un estereotipo que vincula al género masculino – gay con la delicadeza a pesar de ser publicitado como un libro de ruptura con una línea temática que aborda. Claro, lo que hace es romper por la perspectiva temática pero no por el estereotipo. El tercero de los títulos es La historia de Julia. La niña que tenía sombra de niño de Cristian Bruel y Anne Bozzelec y su problemática central ya fue planteada al inicio del trabajo. En este caso la historia trata acerca de una niña, Julia, que si bien es mujer se siente como un niño y su sombra es la de éste. En todo el libro lo que se plantea es el sufrimiento de la niña: “¡Eres insoportable! Siempre diciendo malas palabras, siempre cayéndote, siempre dispuesta a hacer tonterías… Casi un muchachito, ¡eso es lo que eres! (…) Julia ya no escucha, siempre es lo mismo: muchachito, muchachito, Muchachito, MUCHACHITO”. Finalmente lo que decide hacer es indagar de qué forma puede no verse su sombra para no sentirse de ese modo mal y descubre que la manera es escondiéndose bajo la tierra, sin el contacto con el sol. En ese momento Julia se encuentra con un niño al que le pasaba algo similar: a él todos le decían que lloraba como una niña. En ese momento de la historia se presenta la noción del respeto a lo distinto, a lo diverso: “Yo creo que se puede ser niño y niña, los dos a la vez, si uno quiere. Me importan un comino las etiquetas … ¡tenemos derecho!. ¿Tú crees? Claro, ¡tenemos derecho! La historia termina con las palabras de Julia quien dice: “tenemos derecho… tenemos derecho”, repite Julia mientras camina. Todo puede ocurrir… Ella es Julia, ¡ahora lo sabe! Cuando se leen estas obras, al igual que lo que ocurre cuando se lee otra obra literaria, sucede lo que señala Roland Barthes (1987) que se genera una lectura por momentos irrespetuosa pues constantemente se dispara la imaginación y los ojos se levantan del libro para pensar. Obviamente que con estos tres títulos se comienza a tratar de romper o al menos de modificar en parte o de cuestionar los estereotipos existentes y al mismo tiempo se comienza a construir otros estereotipos dentro de la literatura. Llama la atención que para hacerlo no se hace más que recurrir a los estereotipos existentes pero sin dejar de llamar la atención ese hecho lo destacable es que la temática comienza a ser parte de lo literario una vez más pero esta vez en un literatura que tienen como potenciales lectores a los niños y los adolescentes. A modo de cierre, tomando la idea de Saer (1997) sobre el concepto de ficción, es posible señalar que la aparición de esta temática dentro del campo de lo literario es sin lugar a dudas un gran acierto pues los autores se meten de esta forma con una realidad compleja, con lo que existe, con lo que está y que es tan complejo que es necesario verlo de otro modo que no sea el de los pobres datos que pueden aportar los medios sobre la diversidad sexual. El transformar un simple tema en un tópico desde la perspectiva de Curtius hace que se pueda comenzar a teorizar sobre el tratamiento de la construcción del género en la literatura para niños. Siguiendo a Saer es interesante preguntarse ¿qué cruces entre verdad y falsedad se encontrarán en estas obras? La verdad de lo escrito y la falsedad de la aceptación, de la apertura, del cambio en el imaginario. Por suerte la puerta del corral de la infancia al que hace referencia Graciela Montes se abrió y entraron nuevos temas pero sin embargo aún hay un largo camino por recorrer. Muchas de las posibles repuestas a los interrogantes planteados aún están en el terreno de la utopía.  

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANGENOT, MARC (1988) “La retórica del discurso social” (traducción de Elsa Salas).
BARTHES, ROLAND (1987) El susurro del lenguaje, Barcelona, Paidós.
BLANCO, LIDIA (2007) Leer con placer en la primera infancia, Buenos Aires, Novedades educativas.
BRUEL, CHRISTIAN Y ANNE BOZALLEC (2008) La historia de Julia. La niña que tenía sombra de niño, Colombia, Babel.
CIXOUS, HELENE (2003) Las ensoñaciones de la mujer salvaje. Escenas primitivas, Madrid, Horas y horas.
DE HAAN, LINDA Y STERN NIJLAND (2004) Rey y Rey, Barcelona, Editorial Serres.
LEAF, MUNRO (s/f) Ferdinando el toro, Salamanca, Lóguez Ediciones. La 1° edición es de 1936.
ORTIZ, BEATRIZ (2007) “Sexualidad u literatura. La literatura sirve para…” en: PITLUK, LAURA (2007) Trayectos. Caminos alternativos. Educación inicial, San Martín, Trayectos. Número 12.
SAER, J. (1997) El concepto de ficción, Buenos Aires, Espasa Calpe.